Por: Anita San Martin 

“Una mujer hermosa agrada a la vista, una mujer buena agrada al corazón; la primera es una joya y la segunda un tesoro” Napoleón

Agradezco nuevamente la invitación de Miss Vero a escribir en este espacio. Muchas veces uno hace cosas para ayudarse a sí mismo y sin querer termina ayudando a los demás. Espero que este post te sirva y que en estas líneas encuentres algo que te motive a amarte y a amar a los que te rodean, va dirigido a las mujeres, pero también deberían leerlo los hombres para que busquen enamorarse no del rostro bonito, sino de un corazón hermoso.

Hace un par de meses escuche un pedacito de una canción que iba así: “Cierra los ojos y ve tu belleza interior, no tengas miedo de ser el tesoro que escondes hoy…Perfecta te hizo Dios.” Después de escucharla, me puse a pensar en todas las mujeres que vivimos acomplejadas con nuestro físico, que pensamos que el sinónimo de belleza es una mujer escultural con las medidas 90, 60, 90 y no significa que no lo sea, todas las mujeres son hermosas por el simple hecho de ser mujeres; sin embargo hay una belleza mucho más importante que no se trabaja en ninguno gimnasio, que no aumenta con una dieta de calorías controladas, que no resalta con un maquillaje perfecto; una belleza que puede iluminar más que un faro en medio de la noche, TU belleza interior, esa que te hace ser la mujer que eres, que te hace sonreír, sentirte plena. La belleza interior no se encuentra en cualquier lado, sólo en el corazón de aquella persona que ama la vida. Recuerda que la belleza está en los ojos de quien la mira, así que deja de esforzarte por ser perfecta para alguien más y sé perfecta para ti “Amarse a sí mismo es el comienzo de una aventura que dura toda la vida” decía Oscar Wilde y está en lo cierto; amate, mírate al espejo y enamórate de la persona que ves, aprende a querer cada centímetro de ella, memoriza sus facciones y hazlas parte de ti, extiende una sonrisa y mira lo hermosa que te vez. No puedes pretender que alguien te ame y te acepte si antes no lo haces tú.

Conoce tus capacidades, tus habilidades, virtudes, defectos y empieza a trabajar con ellos, deja de pelarte con la imagen que tienes de ti. Haz las paces con la mujer que está adentro. Empieza hoy, este es un trabajo que puede llevarte mucho tiempo, pero que disfrutarás cada minuto de él. No podemos amarnos si no nos reconocemos y aceptamos. Conócete, acéptate y luego, ¡ámate!
¿Qué no es ése el orden de una buena relación de pareja? ¿Qué tal si hoy empiezas por enamorarte de ti misma? Debemos iniciar por el lado correcto: amarnos a nosotras mismas es el primer paso hacia la plenitud, después podrás compartir esa versión mejorada de ti con los demás y ayudar a que muchos encuentren una mejor versión de ellos, trabaja en una acción en cadena.

A continuación escribiré algunas cosas que a mí me han ayudado a trabajar en mi belleza interior espero que por lo menos 1 de ellas, te ayude a ti también:

  1. Maquíllate: El mejor maquillaje corporal es un toque de sinceridad en los ojos, un sombreado de amor y caridad para llamar la atención, un difuminado de alegría en el rostro y una sonrisa en los labios para rematar tu belleza.
  2. No dependas: Debes aprender a no esperar por nadie, si tienes una meta, un sueño que cumplir, hazlo por ti misma, no dependas de nadie.
  3. Da lo mejor de ti a los demás todos los días: Rara vez se presentan grandes oportunidades de ayudar a otros, pero las pequeñas nos rodean todos los días.
  4. Sonríe: Ninguna mujer está bien vestida, si le falta una sonrisa, que como dice una frase, es la mejor curva de una mujer.
  5. Ama: “Ama como puedas, ama a quien puedas, ama todo lo que puedas. No te preocupes de la finalidad de tu amor.”Amado Nervo. En amar está la clave de todo,  San Agustín decía “Ama y haz lo que quieras. Si callas, callarás con amor; si gritas, gritarás con amor; si corriges, corregirás con amor, si perdonas, perdonarás con amor.”
  6. Mide tus palabras: Antes de decir algo destructivo, piensa en los que no pueden hablar; antes de quejarte del sabor de tu comida, piensa en los que no tienen que comer; antes de señalar con el dedo, Y TOMARTE LA ATRIBUCION DE JUZGAR,
    Recuerda que todos hemos cometido errores, y lo seguiremos haciendo.
  7. Valórate: Si no te tratan con amor y respeto, verifica tu etiqueta de precio tal vez tú misma te has puesto a precio de liquidación. Eres tu quien al aceptar ese trato le dices a los demás lo que vales.  Sal del área de liquidación y colócate en la vitrina donde se exhiben los objetos más valiosos. En pocas palabras: Tú determinas cuál es tu valor, si no lo haces nadie lo hará por ti.
  8. Ten visión propia: No vueles como ave de corral cuando puedes subir como las águilas.
  9. Sé coherente: Dar ejemplo no es la principal manera de influir sobre los demás; es la única manera. Cuida que tus palabras vayan relacionadas con tus acciones.
  10. Sé alegre: Un corazón lleno de alegría es resultado de un corazón que arde de amor. La alegría no es solo cuestión de temperamento, siempre resulta difícil conservar la alegría, y eso es motivo mayor para tratar de adquirirla y de hacerla crecer en nuestros corazones. La alegría es oración; la alegría es fuerza; la alegría es amor. Da más quien da con alegría. 
  11. Ten fe y trabaja de la mano con ella: Reza como si todo dependiera de Dios. Trabaja como si todo dependiera de ti o como una vez me dijeron “Confía del todo en Dios, pero cierra bien tu coche”
  12. Sé una Dama: Una amiga una vez me dijo “¿Quieres un príncipe azul?, compórtate como una princesa rosa” o lo que es igual “¿Quieres un gran hombre?, comienza siendo una gran mujer” No seas una mujer que necesita un hombre, se la mujer que un hombre necesita.

 

Yo todavía trabajo en estos puntos todos los días, me ha costado llegar a donde estoy, todavía me siguen importando las llantitas que se me salen, pero he comprendido que lo más bello y duradero viene del interior, estoy enamorada de la Anali que veo al espejo, ahora estoy agregando a mi agenda de trabajo diario el dar a los demás, en ayudar a quien pueda y a como dije en mi post pasado, en no dejar que nadie se aleje de mi presencia sin sentirse mejor y más feliz.

“La belleza de una mujer no está en sus facciones sino en su mirada, el reflejo de la verdadera belleza de su alma.”